66 | La noticia es que CM& ya no será más la noticia
El grupo Prisa ahora es dueño de Canal Uno y muchas cosas están cambiando. Invitamos a Omar Rincón a escribir sobre lo que esto implica para el ecosistema de medios en Colombia.
Por Omar Rincón, periodista, académico, ensayista en temas de periodismo, medios, cultura, entretenimiento y comunicación política.
El grupo Prisa, o sea Caracol Radio en Colombia, es el nuevo propietario del Canal Uno. Entonces, el Noticiero CM& y don Yamid Amat salen del aire el 14 de noviembre. Prisa no hará televisión, transmitirá sus programas radiales: 6 a 9 am o Hoy por Hoy o Gustavo Gómez al aire o como se llame; El Pulso Del Fútbol de Londoño, La Luciérnaga de don Jediondo y La polémica; Sin Carreta de Juan Diego Alvira y Mujeres W; Impresentables de Los 40. Harán, también, su propio noticiero a las 9:00 pm con la dirección de Roberto Pombo y la presentación de Alvira.
Esta movida se anuncia porque Prisa dice que su negocio es “la economía de la atención” o usar todas las tácticas para “captar la atención de las audiencias”. Y en eso todo vale: seguir en el mismo fracaso “informativo” creyendo que esa agenda es la que la gente quiere, comprar al débil, no hacer televisión y transmitir radio.
Pura colombianidad
Un poco de historia. El Canal Uno existió desde siempre. Y fue un lugar de encuentro del país y de diversidad de propuestas culturales ya que lo hacían 9 o 10 productoras hasta que se privatizó en 1998.
Todo por la política. El gobierno Samper (1994-1998), para salir de su “elefante” narco, adjudicó en 1995 los canales privados a Caracol y RCN, y cambió la regla de no tener canales dominantes en todo el territorio nacional. Y al Canal Uno le impidieron competir como canal y se lo otorgaron a RTI Televisión, CM&, Jorge Barón y NTC noticias. Luego, el gobierno Uribe chantajeó de nuevo y, finalmente, el gobierno Santos cerró la Comisión de Televisión, creó en el 2013 una débil y poco autónoma Autoridad Nacional de Televisión y retrasó por 40 meses la asignación del canal. RTI abandonó definitivamente. Siguieron CM&, NTC y Jorge Barón. Luego llegó el genio de Duque y terminó la Autoridad Nacional, se apropió del billete de la teve pública, metió las noticias de propaganda en Señal y expulsó a Noticias Uno. Muy colombiano: usar lo público para joder a quien disienta.
Todo por el yo, nada por el colectivo. En el Canal Uno eran cuatro productoras. Todas muy famosas, pero no se pudieron poner de acuerdo con hacer un canal coherente y competitivo. Cada uno se fue por la suya: RTI se dedicó a hacer telenovelas para Telemundo y poco hizo; Jorge Barón no quiso negociar y siguió con su show sin rating, CM& y NTC decidieron hacer noticias. Muy colombiano eso de cada uno en la suya, nada por el común.
Al que critique, lo borro. El Canal Uno se volvió famoso porque Noticias Uno era donde Uribe (2002-2010) no era el rey, se le criticaba y se denunciaban sus mañas y corrupciones. Uribe les amenazó y cada tanto les insultaba, y ponía todo su aparato a perseguirlo. Luego, vino el buen muchacho Duque y lo cerró. En esta tierra no se compite: se tapa la boca.
El grande jode al chico. El Canal Uno sobrevivía precariamente. Pero, su noticiero CM& era insignia de dignidad, rigor, respeto por la verdad. Allí iban los líderes del país a informarse. Se sabía que ahí más que información, se hacía reportería. Y con sus notas se creaba criterio. CM& sobrevivía solo, era pobre y, peor, hacía periodismo. Entonces, llegó el colonialista y extractivista Prisa y vio la oportunidad de comerse a este chiquito para ver si así salvaba su negocio. En Colombia: todo español y extranjero marranea.
De decepción en decepción. Y el Canal Uno ha sido una decepción total: manejada por los politiqueros, la incapacidad para competir por culpa de los egos, la falta de política pública de medios y una programación sin atractivo. Solo se ha salvado por la terquedad de CM& y la valentía de Noticias Uno. De resto nada que salvar. Poca innovación de formatos, muy en la línea conservadora de Colombia: imitar, quedarse en las fórmulas de siempre.
¿Preguntas?
¿Grave? No. Así es la vida de los medios y el periodismo. La agonía del Canal Uno duró 26 años. Un nuevo aire será bonito. Habrá que esperar el resultado. Lo alegre es que era fácil pelear contra Noticias Uno o CM& va a ser más jodido para los políticos meterse con Prisa.
¿Extraño? Mucho porque se usa un canal de televisión para hacer algo que ya se puede hacer por YouTube y los streaming digitales. Así que parece un desperdicio del canal.
¿Molesto? Sí, jode eso que el que tiene $$$ marranea y mata un canal parte de la historia cultural colombiana.
¿Caracol competirá con lealtad por la pauta? Caracol TV tenía una “estrategia” de competir por la pauta con el Canal Uno: estableció que si una empresa invertía en el Uno, le cobraban más caro la pauta en Caracol. Eso que llaman competencia desleal. La muy colombiana competencia de chantaje: ¿seguirá en la misma? O como es Prisa, ¿dejará esa “práctica”?
¿RCN pasará a ser el tercer canal? Ya a Caracol lo tiene lejos, pero de pronto si Prisa hace un canal interesante puede pasar al segundo lugar. En la radio, RCN ya es cuarta o quinta en noticias, lo salva La Mega. Menos mal papá Postobón programa su gigantesca pauta en RCN. Rara manera de competir: anunciar donde no hay audiencia. RCN se ha acostumbrado a perder para ganar: pierde en rating e ingreso, pero gana los favores de los políticos. Otra colombianidad al palo: no compito, chantajeo a los políticos. Y si mi papá (Postobón) tiene plata puedo ser mediocre.
¿Tendrá sentido Canal de Noticias? Tal vez no. La gente NO quiere esa información de políticos, muerte, escándalo y chistes por todo. Así se la enchufen por todo lado, esa agenda informativa no pega. En Colombia hay cuatro canales de noticias (Cablenoticias, NTN 24, Red+, El Tiempo) más los otros como France 24 y CNN, y tienen poco rating, poco interesan. ¡No se han dado cuenta que la agenda de la gente es otra!
¿Sin ficción habrá paraíso? La televisión popular es ficción, lógica del reconocimiento, lágrima y suspiro. Y de eso nada, nadita. Si huimos de las noticias es porque queremos historias, y las mejores son de ficción. Y de eso, no dicen que habrá.
Hay tristeza porque se va CM& y el rigor de reportero de Yamid Amat. Habrá que esperar cómo le resulta este desperdicio o experimento radio-en-tv a Prisa. Por el bien del Uno y de la televisión, que ojalá le vaya bien, y le compita a Caracol y RCN.
Hay mucha alegría periodística porque Luis Carlos Vélez “renunció”: “Lo de hoy es un hasta pronto, entretanto, tendré unos meses para dormir como ese guerrero que deja descansar la espada por unos días, recalibrar, respirar, alimentar el cuerpo y el alma, y devolverle algo a mi esposa y mis hijos”. Hay felicidad en el periodismo porque sin él habrá mejor periodismo.
Un cuento, un falso dato y una comunidad
Jelouuuuuu, ya es lunes otra vez (carita triste porque es lunes, carita feliz porque llegó El Boletín de La Liga).
Esta semana te traigo contenidos que exploran desde lo íntimo y literario hasta lo social y colectivo. Son narrativas que nos invitan a reflexionar sobre las preguntas sin respuesta, la desinformación que genera odio y las conexiones entre nuestra comida y el futuro de la agricultura. ¿Te animas a leer?
Eugenia: un cuento de María Mercedes Andrade
María Mercedes fue mi profesora de teoría literaria en la universidad y es una escritora fantástica. En El Malpensante publicaron su cuento Eugenia, una historia en la que los protagonistas se hacen preguntas sobre la posibilidad de redención con respecto al impacto de sus acciones.
¿Es posible encontrar el cierre que tanto queremos? Lee aquí y cuéntanos en los comentarios qué preguntas te quedaron luego de leer.
#ConLosNiñosNoTeMetas: desinformaciones y odio contra circular de SuperSalud sobre población trans
Esta gente de bien no se cansa de tergiversar la información disponible sobre la población trans. La SuperIntendencia Nacional de Salud en Colombia publicó una circular en la que informa sobre atención a la población trans, pero ciertos sectores se han encargado de desinformar con afirmaciones falsas como que se “promueve el cambio de sexo en niños”. ColombiaCheck te cuenta más aquí.
Hablemos de comida y agricultura
Me encantan los esfuerzos que hace Mutante por comunicarse con su audiencia de una manera cercana. En recientes publicaciones hicieron un llamado a sus seguidores para unirse a su comunidad sobre clima y agricultura en donde pueden compartir su experiencia sobre la producción campesina. Si eres o conoces a alguien a quien pueda interesarle hacer parte de este espacio, comparte este link para que se unan.
Nicoll Fonseca, gestora de redes.
Yo recomiendo… investigaciones sobre la responsabilidad de los grandes poderes económicos en el conflicto en Colombia.
Políticos y empresarios que sacaron partido de las tierras de las que fueron desplazadas víctimas del conflicto; compañías petroleras relacionadas con la violación de derechos humanos; proyectos de bonos de carbono que hacen negocio a costa de los bosques preservados por comunidades étnicas.
Todas estas historias hacen parte de la maratón de investigaciones que Rutas del Conflicto publicó en septiembre y seguirá publicando en octubre, y que retratan todos los matices de las responsabilidades de ciertos empresarios en el conflicto social en Colombia.
Son en total siete historias que se centran en un tema que no está frecuentemente en la agenda de grandes medios de comunicación. Este trabajo periodístico, que juntó a varios aliados de Rutas del Conflicto, entre ellos, La Liga contra el Silencio, devela la relación de grandes poderes económicos y agentes del Estado para sacar ventaja de la tierra y los recursos naturales, afectando las condiciones sociales de poblaciones vulnerables en varios lugares del país.
Estos reportajes no pretenden estigmatizar al empresariado en Colombia, sino mostrar los diferentes grados de responsabilidad que han tenido grandes actores económicos en el conflicto social y la violencia. Existe una amplia deuda en aportes sobre la verdad respecto al rol del sector privado y sus intereses económicos en medio de graves violaciones de derechos humanos y estigmatizaciones.
Una muestra de la impunidad y la falta de verdad en este sentido son las más de 16 mil compulsas de copias que han enviado los diferentes sistemas de justicia transicional a la Fiscalía General de la Nación para que investigue a empresarios y políticos que han sido mencionados por desmovilizados de grupos armados. En la mayoría de estos casos, las investigaciones avanzan a paso lento o simplemente nunca comenzaron.
Las investigaciones muestran diferentes grados de cooptación del Estado por intereses particulares, que se reflejan en la forma cómo los servidores públicos se relacionan con los empresarios para impulsar negocios que los favorezcan. En los casos documentados, el conflicto entre comunidades y actores privados se ve marcado por la evidente desigualdad entre las partes, por el poder de los segundos tanto en el acceso que tienen a los medios de comunicación como en su forma de influir en las decisiones judiciales y administrativas en su beneficio.
Los invitamos a leer las historias y a interactuar en nuestras redes sociales.
Óscar Parra Castellanos, director de Rutas del Conflicto.
A usted que llegó hasta acá… yo me saco solx
Que se empiecen a sacar solxs. Que se sientan tranquilxs de buscar la puerta si creen que la frase “yo pregunto desde mi ignorancia” le queda bien a unx periodista. Que digan, con tranquilidad, que se sacan solxs, que saben por dónde está la salida porque cuando oyen el nombre de un canal regional público, que lleva décadas tratando de romper años de privación informativa, les da risa. “Telepacífico”, oyen. “Jajajaj”, responden: “ja ja ja”.
Que empiecen a buscar por donde es que tienen que irse porque aunque digan “yo estoy acá como periodista, que es lo que soy”, saben que no es así.
Que se saquen. Que digan: “Esta es mi última semana”
Y que sepan por dónde irse. Porque la violencia que reciben los periodistas de Colombia es, en parte, culpa de ellxs: porque son ellxs los que predican el odio desde sus micrófonos elegantes, que dicen que quién pasa vacaciones en Buenaventura, pero el odio no le llega a ellxs, sino a lxs colegas que viven tan lejos de las capitales. Porque “preguntan desde su ignorancia” y porque creen que no sabemos que no hablan como periodistas y nos creen idiotas. Porque llaman a colegas “ballenas” y cuando lxs periodistas que no se parecen a ellxs son “Asobodegas”.
Que empiecen a irse. Que busquen la puerta. Que nos colaboren con la salida.
Qué emocionante la idea de que el periodismo empieza a cambiar de caras.
Alejandro Gómez Dugand, director.