52 | Esto no es un boletín
Un boletín no boletín en el que les contamos de la tremenda semana que tuvimos: fiesta, festival, premiaciones. Estamos felices de compartirlo con ustedes.
Esto no es un editorial. Esto no es un análisis ni un intento por dar cuenta de lo que está pasando esta semana —que no ha sido poco— en el país ni en el periodismo. Eso, lo saben, ocurre los lunes cuando llega este Boletín a sus correos.
Esto es algo que se parece mucho a una carta de amor. Un mensaje que llega al día siguiente de una noche maravillosa de fiesta y celebración. Un: “Gracias por venir. La pasamos increíble. Gracias por venir. Qué maravilla vernos”.
Porque nos vimos y celebramos y fue una dicha: esa que suele suceder cuando en un escenario una bandota como los Meridian Brothers nos hacen bailar en masa, como en un trance: un ritual. La alegría que se repite. Un ciclo de goce que de golpe se siente como familiar.
Porque hicimos una fiesta y los tuvimos ahí. Nos vimos. Y celebramos. Y bailamos. Así que eso: que gracias, que qué ganas de que se repita. Que no nos perdamos tanto.
Esto es también una disculpa: sabemos que muchxs de ustedes —por un un problema que tuvimos en la venta de boletas— no pudieron entrar a Esto es un fake, y créanos que sufrimos. Queríamos que entraran pero también que la fiesta fuera un lugar seguro y de cuidado, y desde el principio apostamos por una fiesta que no abusara del aforo del lugar.
El del fin de semana fue un ritual de cariño, porque justo el día anterior a la fiesta de La Liga recibimos un premio Gabo, y en periodismo los premios son, sobre todo, un recordatorio en medio de las dudas. Una ceremonia y un trofeo como excusa para que ustedes y lxs colegxs nos den una palmada en la espalda para recordarnos que vale la pena seguir incluso si a veces no sepamos del todo cómo lo estamos haciendo.
Y también quisimos jugar: romper un poco con el tono altisonante al que solemos recurrir cuando estamos en eventos de periodismo y nos encontramos con la gente que queremos pero también admiramos tanto. Qué serixs que nos ponemos de cuando en cuando. Quisimos invitarlos a pensar que todo es, un poco, un fake.
Justo cuando apareció la idea de hacer esta fiesta, hace ya varios meses, un amigo me mandó una entrega de este Newsletter que dice esto, que se convirtió en un ethos y que traduzco:
“Debemos abolir la fiesta de los medios hasta que todos aprendan a ser realmente interesantes de nuevo. Nada de tediosos temas de conversación de la industria, a menos que hablemos de lo mucho que odiamos a los CEOs. Se acabó juzgar a las personas por sus títulos profesionales o sus variados pedigríes para compensar el hecho de que eras uno de los dos integrantes del equipo de debate en el colegio. (...) Nada de palabras de más de cuatro sílabas. “Gasolina” de Daddy Yankee cada hora, en punto. El mundo está demasiado jodido como para pretender ser más cool de lo que somos”. —Sark Cuckerberg
Esperamos que nos hayamos acercado a eso. A reinvindicar la felicidad y la fiesta como un lugar que no riñe con el compromiso de, a pesar de todo, seguir haciendo el mejor periodismo que se nos salga de las manos.
Alejandro Gómez Dugand, director de La Liga.
YO RECOMIENDO: Seguir al Lab EnFlujo
#EstoEsUnFake no sólo fue la fiesta de La Liga. También fue el motivo de la exposición inmersiva que se exhibió en el mismo sitio de la fiesta, con varios juguetes con los que experimentaron quienes fueron.
La creación fue del Laboratorio EnFlujo, de la Universidad de los Andes, dirigido por Juan Camilo Gónzález, y del que también forman parte Antonia Bustamante y Julián Camilo García.
Ellxs diseñaron esa experiencia y otras que llevaban la misma idea: #EstoEsUnFax, #EstoEsUnEspejo, #EstosSonUnosPoemas. “Todo gira en torno a esta idea de #EstoEsUnFake. Nos apropiamos de eso para crear, por ejemplo, #EstoEsUnEspejo, hacía que en vivo la gente se viera en un espejo con una cámara web y usamos una tecnología que se usa típicamente para crear los deep fakes, y la transformamos para que las personas en vivo se convirtieran en figuras políticas del momento”, me contó Juan Camilo González.
Frente a una pantalla la gente pudo verse con su mismo cuerpo, pero con rostros distintos, al azar. Rostros de Gustavo Petro, Francia Márquez, Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, María José Pizarro. Sus mismos cuerpos con caras que aparecían sobrepuestas sobre las suyas, gracias a un desarrollo creado por EnFlujo.
Otro de los experimentos fue #EstoEsUnFax, que permitía enviar una imagen a una sitio web y el sitio web se conectaba a una impresora, instalada en el lugar de la fiesta, para arrojar la imagen impresa. La gente se tomó fotos, las envió al sitio web y las veía salir impresas. Luego ubicaba esa impresión en un muro justo al lado donde estaba #EstoEsUnaRedSocial. “La gente ponía foticos que imprimían en el fax en el muro y, entonces, se creaba un muro en papeles de recibo”, me explica.
Estas fueron dos de las propuestas inmersivas que se gozaron los asistentes a la fiesta.
La idea era usar la tecnología para experimentar algo tan común en estos tiempos como los fake, lo falso. Así lo explica Juan Camilo:
Creo que hay que apropiarse de la tecnología que permite hacer estos fakes, tratar de entenderla, y mamar gallo, hacer algo ligero, divertido; que la gente supiera perfectamente que se estaba convirtiendo en otra cosa, a través de los deep fakes. Es desmitificarlo, sacarlo de ese lugar del terror que genera inicialmente. Todas las tecnologías cuando van apareciendo le generan pánico a un grupo de gente y siempre se ha hablado de engañar, de falsear algo: falsear el retrato que se hacía en pintura a través de una fotografía que lo hacía mucho mejor; el teatro con la cámara de cine, etcétera, pero todas las tecnologías siempre han podido engañar si se usan de manera tendenciosa, esta es una más.
A mí me ilusiona —y sé que es demasiado optimista— que en la medida que (lo fake) sea tan aterrador esto obligue a las personas a tener un sentido crítico más fino en vez de simplemente comer cuento tan fácil. Entonces, esas tecnologías que hacen deep fakes con tanta tranquilidad y facilidad, me parece que pueden provocar una precaución sana frente a lo que ven en los medios, algo que me parece hace mucha falta en el ecosistema de producción de noticias y periodismo hoy en día.
Así son las creaciones del Laboratorio EnFlujo, así que esperamos pronto volver a repetir esta experiencia y llevarla a otros espacios. Les estaremos contando. Mientras tanto pueden seguirlos en IG: @labenflujo.
Jeanneth Valdivieso Mancero, coordinadora periodística y editora en La Liga.
Creer en la intuición
No lo creemos aún. Con cada cumplido y celebración de amigos seguimos sintiendo que es mentira que ganamos un premio Gabo este año. No lo esperábamos y la sorpresa fue enorme cuando anunciaron que nuestro proyecto Amazon Underworld había ganado en la categoría de ‘cobertura’. Y podrás preguntarte a qué se debe tanta sorpresa de nuestra parte si teníamos claro que éramos finalistas, pues… la verdad es que los trabajos finalistas con los que competimos eran tre-men-dos. Y quiero compartirlos contigo, porque creo que es un momento para celebrar los dos trabajos muy valiosos que hicieron nuestros colegas. Esta vez no nos queda más que celebrar y, claro, confiar en nuestra intuición. Aquí van.
El medio Folha de S. Paulo publicó una serie de reportajes en las que analizan cómo las enmiendas parlamentarias en Brasil han contribuido a ampliar la brecha entre poblaciones afectadas por la sequía en el semiárido brasileño. Para este trabajo reporteros hicieron viajes a cinco estados del nordeste del país en los que encontraron que varias regiones con mayor necesidad de recursos se enfrentaron a disparidad con respecto a otras zonas en donde los intereses políticos afectaban la distribución de los recursos.
El tren de Aragua: detrás de la explotación sexual de migrantes en latinoamerica
El Espectador, Alianza Rebelde Investiga (de la cual hacen parte los medios Runrun.es, El Pitazo y Tal Cual) revelaron cómo en Colombia la organización criminal el Tren de Aragua ha construido una red de explotación sexual de mujeres y niñas migrantes que son explotadas en el país y en otros de Latinoamérica como Chile, Perú, Ecuador, Venezuela y Bolivia. Esta investigación tuvo un año de reportería en el que se entrevistó a mujeres que fueron víctimas de trata por parte de este grupo criminal.
Nicoll Fonseca, gestora de redes.