47 | ¿La pista para todxs?
¿Qué hacemos cuando hay razones para celebrar, pero la pista aún no es segura para todxs? En esta entrega, les hablamos de festivales, de premios y alegrías y de cuando el arte supera las IAs.
Por Luisa Uribe *
“La pista para todxs” es el eslogan del que se enuncia como el festival de música electrónica más grande de Latinoamérica: el Baum Festival, que se celebra en Bogotá. ¿Qué significa esta frase en el contexto de música electrónica y fiestas del país? ¿Cómo llenarla de contenido en una época en la que salir de fiesta es escape y refugio de las atrocidades del mundo, pero también un riesgo miles de veces anunciado?
Desde principios del 2021, cuando corrían los primeros meses de levantamiento de las restricciones por la pandemia del covid-19, son usuales las noticias sobre muertes por sobredosis, acoso y violencias sexuales o restricciones en el consumo de agua en eventos masivos de música electrónica en el país. Tras casi año y medio de encierro, promotores de todos los niveles encontraron una audiencia ávida de eventos. Desde entonces se han registrado al menos cuatro muertes,
En ese contexto, el Baum Festival, que tuvo su primera edición en el 2015, se consolidó como el festival más grande del país. Aproximadamente 40 000 personas asistieron a la edición del 2024, el 24 y 25 de mayo de este año.
Es precisamente por ese alcance y por el lamentable hecho de la muerte de Carlos Ruiz en la última edición del Festival, que las preguntas por el cuidado durante y en torno a este tipo de eventos son fundamentales: ¿qué es el cuidado colectivo en entornos de fiesta?, ¿cómo lo estamos entendiendo asistentes, promotores, artistas e integrantes de un ecosistema incipiente y con cada vez más impacto en el contexto nacional de fiestas, conciertos y festivales?
El cuidado colectivo es una apuesta práctica y política que nos propone pensar en las múltiples variables que inciden en la sensación de seguridad, la experiencia de disfrute y acogida dentro de un evento masivo. Pasa por el consumo responsable, el control de aforos, las exigencias de un mínimo vital de agua, pero también por preguntarnos cómo están conformados los equipos logísticos, de producción y evaluar los porcentajes de actos femeninos o de personas LGBTIQ+. Como estrategia concreta se ha venido desarrollando en diversas partes del mundo para garantizar espacios de ocio y vida nocturna para todes.
Para ejemplos, acá van algunos:
Brasil - Mamba Negra
Chile/España - Consentimiento
Canadá - Dandelion Initiative
Alemania - Room 4 Resistance
En Colombia existen iniciativas institucionales para atender situaciones de violencia de género en fiestas populares, como Los Kioscos por unas Fiestas Libres de Violencia de la Red Nacional de Mujeres, ONU Mujeres y USAID.
En eventos privados, Páramo, la productora de eventos encargada del Baum Festival, ha venido trabajando —en articulación con Échele Cabeza y la Secretaría de la Mujer— en incentivar el consumo responsable, el testeo de sustancias y garantizar la denuncia y enrutamiento frente a casos de violencia de género en sus eventos. Estas iniciativas han demostrado su efectividad. En el último reporte de Échele Cabeza se registraron 954 drogas analizadas por parte de 701 asistentes al Baum Festival. Adicionalmente, los mensajes en pantallas y algunos puntos de atención (aunque insuficientes dado el aforo de los eventos) han cambiado la experiencia de mujeres que asisten a conciertos y festivales.
Sin embargo, y a pesar de lo necesarias que son estas iniciativas de prevención, responder a las preguntas planteadas anteriormente pasa también por el reconocimiento y cuestionamiento de las narrativas que se están movilizando a través de la proliferación de eventos como el Baum Festival: ¿qué tipo de circuitos culturales se están construyendo en torno a los macrofestivales?, ¿cómo se relacionan las audiencias con una oferta de experiencias musicales que no para de crecer?
El consumo cultural actual está configurándose en determinados formatos: masivo, con prevalencia de artistas internacionales, elevados costos de boletería, incentivos al consumo de alcohol a través de las marcas patrocinadoras, etc. Y a esto le subyace una cultura de individualismo en la que poco se reconoce a lxs asistentes por fuera de su rol de compradorxs. Subyace también un horizonte de crecimiento económico en el que no hay un reconocimiento (preciso o suficiente) de las comunidades que hay detrás de los géneros musicales que se están ofertando.
Y es que desde hace al menos dos décadas la música electrónica en Colombia tiene unos nichos de desarrollo caracterizados por dos elementos centrales: la autogestión y la participación de comunidades diversas; ya sea por sus orígenes socioeconómicos o por la pluralidad de identidades de género y orientaciones sexuales.
Eso en un país católico y mojigato como el nuestro es importantísimo. Es en estas comunidades que las marikas se han apropiado de las calles, los bares y los clubes que antes negaban su existencia. Es gracias a festivales como Bogotraxxx que Bogotá se ha consolidado como un espacio de crecimiento cultural desde los barrios y la ocupación del espacio público para el disfrute.
¿Qué de todo eso está quedando en los eventos masivos que se enuncian como espacios abiertos y “para todxs” sino se hacen oportunamente las preguntas por el cuidado colectivo? ¿Son suficientes las estrategias de prevención o es hora de pensar en equipos numerosos y entrenados adecuadamente para la gestión de riesgos y violencias durante los eventos masivos? ¿No es hora de pensar en las audiencias como parte fundamental del desarrollo de cualquier estrategia de cuidado?
Además, ¿acaso el hecho de que los eventos sean hechos por privados disminuye la importancia de pensar en horizontes colectivos?, ¿quedamos reducidos a compradores de boletas o somos parte de un ecosistema cultural vivo y con apuestas de transformación de nuestros contextos? Estamos a tiempo de responder estas preguntas colectivamente, de pensarnos la música y el disfrute como espacios nuestros: no esperemos a que otra muerte o tragedia suceda para tomarnos el tiempo de hacerlo.
*Socióloga, antropóloga y gestora cultural. Ha trabajado durante siete años en las comunidades de música electrónica en Bogotá y actualmente es la City Manager para Bogotá de Resident Advisor.
Sonreír por lxs otrxs
Cada tanto en esta alianza celebramos los premios de periodismo relacionados con sus integrantes. Y siempre es una alegría compartida entre colegas. En La Liga tenemos un chat de Whatsapp con los directorxs y editorxs de los medios aliados donde compartimos información, novedades, pedimos contactos y, obviamente, nos felicitamos cuando hay anuncios de premios. Casi siempre es por ahí por donde nos enteramos de los anuncios oficiales que alguien vio primero.
Así fue la semana pasada y estamos felices 🥳🥳🥳. La Fundación Gabo anunció “los 50 mejores trabajos del periodismo en Iberoamérica” nominados al Premio Gabo 2024, en cinco categorías (audio, fotografía, imagen, texto y cobertura). El 13 de junio se conocerán a los 15 finalistas, y en julio, durante el Festival Gabo que se realizará en Bogotá, anunciarán a los ganadores.
¡Y ahí estamos! El proyecto Amazon Underworld, una alianza de Infoamazonía, ArmandoInfo y La Liga Contra el Silencio, liderada por los genios Bram Ebus y Juan Torres, está nominado en cobertura. Así que si no lo han visto es una buena oportunidad para conocer esta investigación transfronteriza (Colombia, Brasil y Venezuela) sobre el crimen organizado en la Amazonía y sus impactos en el ecosistema y en las poblaciones que habitan en la selva. Está disponible en español, inglés y portugués, y presenta una base de datos que nos permitió mapear la presencia de grupos armados en las fronteras amazónicas y una serie de reportajes sobre las actividades de las organizaciones criminales que operan en la región, muchas de las cuales han recibido poca o ninguna atención mediática.
¡Y hay más! Trabajos de miembros de esta alianza, Vorágine, Baudó AP y El Malpensante, también están entre los nominados. Les invitamos a conocerlos:
José Guarnizo, periodista y director de Vorágine, está nominado en la categoría texto por “Los bebés del Darién”.
También en texto está nominado el trabajo “Memorias agrietadas”, de Susana Lay e Irene Arce, publicado en El Malpensante.
Y Jaír F. Coll obtuvo la nominación por el reportaje gráfico “El niño Dios negro nació en febrero”, publicado en Baudó AP,
Y para cerrar con el tema de los premios, precisamente hoy (desde las 12pm, hora Colombia), Mutante, otro aliado de La Liga, recibirá en Madrid el Premio Rey de España a Medio de Comunicación Iberoamericano. Ese mismo premio lo ganó el año pasado otro aliado, Cuestión Pública. Perdón chicanear tanto, pero el combo Liga es muy poderoso y lo celebramos.
Bonus track
En medio de los escándalos diarios de este país y de contenidos virales y a veces intrascendentes, rescaté dos trabajos que me llamaron la atención. ¡Échenles una mirada! #ElÁrbolDeMiVida, un especial transnacional de Mongabay, dedicado a ocho extraordinarias especies de árboles que sólo es posible encontrar en Latinoamérica y que están amenazados. “Cada árbol es un mundo que sostiene la vida de otros mundos”, dicen y qué cierto es.
El otro es un trabajo de nuestros colegas de El Armadillo de Medellín que analiza el “Periodismo ‘todo incluido’ desde el lado israelí de la guerra”, sobre el viaje que hicieron a Israel un grupo de periodistas y directores de medios colombianos a finales de febrero, por invitación de una ONG dedicada a “la defensa del pueblo judío”. Todo esto en medio del genocidio contra el pueblo palestino como respuesta (desmedida y brutal) tras los ataques de Hamás a Israel del 7 de octubre.
Jeanneth Valdivieso Mancero, coordinadora periodística y editora.
Yo recomiendo
Que impersonal se siente ver cómo todxs comparten en redes su indignación por lo que está pasando en Palestina a través de una imagen de IA que pone “All eyes on Rafah” cuando la verdad es que compartirla no pone ni un ojo en nada. Celebridades e influenciadorxs de todos los calibres y magnitudes han estado moviendo esta imagen en sus historias y sus seguidores, automáticamente, también. En mi feed de stories de Instagram he visto esa imagen más veces de las que puedo contar y en todas me genera lo mismo: no estamos haciendo nada.
¡FOMO para los que aún no la han compartido! No se parece en nada a la imagen en negro de #BlackLivesMatter. Nada, nadita.
“Al menos estamos visibilizando lo que pasa”, dicen los que la publican. Y sí, mucha gente termina enterándose de qué pasa pero… ¿y?
Me pregunto si no había una imagen con menor capacidad de impacto real, no sé, digo, pues, para viralizarla también. Habiendo taaaaaantxs ilustradorxs talentosísimxs y tantxs periodistas que se han jugado la vida reporteando con imágenes reales, ¿por qué el mundo entero escogió la imagen más distante? Sí, el algoritmo está censurando mucho de lo que está haciendo el periodismo y, sí, cabe preguntarse si la violencia gráfica y explícita es, en realidad, la única forma de que la gente se sienta interpelada. Tal vez no, no debería.
Sobre esto podríamos dar larga lora, pero, intentando sin éxito mantener la promesa de una lectura breve para ustedes, corto aquí para recomendarles cuentas de Instagram de personas que están haciendo ilustraciones y trabajos hermosos que la IA no es capaz de hacer.
Aún.
Dibujos de Camilo
Camilo es colombiano, pero vive en México. Es ilustrador y tiene un estilo artístico que me encanta porque se siente cercano, familiar, pero también con posturas muy claras frente a problemáticas sociales. Vean este y este otro carrusel ilustrado en el que busca concientizar a la gente sobre el genocidio en Gaza y reflexiona sobre las imágenes violentas que vemos en redes.
Camilo también tiene un curso de dibujo para el autoconocimiento y una playlist para cuando tengan ganas de dibujar acompañadxs de buena música. Conoce su cuenta y su trabajo aquí.
Dev The Pineapple
Devon Blow es una ilustradora, diseñadora y escritora negra que ha enfocado su narrativa en el rechazo a la discrimincación de las personas racializadas. A través de su trabajo se ha esforzado en darle visibilidad a la crisis humanitaria que se vive en el Congo desde hace décadas (miren acá). Este año la situación ha empeorado y ella, desde California, continúa haciendo su trabajo artístico y activista desde su cuenta que, de hecho, cada vez tiene más alcance.
Rosaem
A Rosaem, Juliana Quitián, la conocí hace años siendo yo estudiante del pregrado y ella expositora en una feria de diseño en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, ni ella ni yo estudiábamos ahí, pero todo se alineó para que desde ese día yo quedara enamorada de su trabajo más allá del stand de la feria. Rosaem hace cerámica, diseña ropa y accesorios y es ilustradora digital y tallerista, pero lo curioso es que es comunicadora y periodista de profesión. En esta cuenta no hace ilustración activista de manera activa, pero…
Si ustedes quieren vivir su vida tranquilxs y no vivir antojados de todo lo que hace, no hagan clic aquí. Pero si son tercxs y se quieren gastar la platica bien gastada, apoyen ese arte tan espectacular.
Nicoll Fonseca, gestora de redes.
A usted, que llegó hasta acá… ¿y si nos vamos de fiesta?
Y ahora que hablamos de fiesta y razones para celebrar…
No puedo adelantar mucho: el pavor de anunciar cosas que no están seguras me angustia. Pero venimos trabajando en la idea de irnos de fiesta con ustedes. Ya saben, quienes conocen a La Liga desde hace años, que la fiesta es algo que esta alianza ha hecho antes y que nos ha salido bien.
Y creo que cada día tenemos más razones para celebrar. Porque por estos días, que ando de viaje y en reuniones con colegas de todas partes del mundo, me aterra lo común que se ha vuelto quejarnos de nuestra situación. Y ni más faltaba: hay problemas de financiamiento, en nuestros países latinoamericanos ganan y se re eligen gobiernos que han declarado la guerra a los medios, en Colombia la indigna cuenta de periodistas amenazados y asesinados crece día a día.
Pero el asunto es que acá seguimos. Tal vez tenga algo de heroísmo y algo de romanticismo. Las dos cosas en su justa medida. Acá seguimos apostando por contar historias, por explicar del país en formatos rápidos, en textos escritos con urgencia, en reels y Tiktoks que resumen la vida en segundos.
Recuerdo, cuando empecé en este oficio, ese lugar sagrado que era la fiesta para los periodistas. El momento de tomarse unos tragos con lxs colegas y hablar de lo que nos había pasado en el día. Esos momentos en los que, en medio de unas cervezas, alguien con quien uno trabajaba le resolvía ese texto que tenía estancado.
Pero también estaba la fiesta por la fiesta: la celebración de seguir intentándo.
Nos merecemos una fiesta, digo.
Y pronto les tendremos noticias.