22 | Periodismo, premios y rituales
Porque hacer periodismo no siempre es fácil, y está bueno que, una vez al año, el boomerang regrese directo a nuestras manos sin herirnos.
Confieso que me he quejado de los premios de periodismo. Que he dicho que me aburren las ceremonias y sus discursos y sus protocolos repletos de saludos al señor presidente, al honorabilísimo jurado, a los y las ganadoras (porque al protocolo aún le cuesta salirse del binario) y a ustedes, damas y caballeros.
Ahora, confieso que me he quejado de los premios del periodismo, sobre todo, cuando no he ganado. Malxs perdedorxs sí que somos. Cuando he ganado, que han sido poquísimas veces, y cuando han ganado personas a las que quiero y admiro, (que de más en más ocurre en cada nueva ceremonia), el cinismo del mal perdedor que cargo se va al piso y me encuentro, emocionado, dando gritos desde mi asiento.
Pero en conversaciones privadas he usado el término de “periodismo de premio” como un término que debería preocuparnos. Que los premios y su impacto deberían obligarnos a hacernos la pregunta de si estamos haciendo periodismo para periodistas. Y de hecho lo hicimos en esta alianza en un evento público que se llamó “Tres periodistas, tres preguntas incómodas”, del que salió un episodio de Bulla!, el podcast de La Liga que pueden oír acá. ¿Estamos haciendo notas cuyo valor solo reconocemos nosotrxs y lxs honorabilísimxs miembrxs del jurado? Que sí, dijeron. Que sí tres veces. Que hay un periodismo precioso y bien hecho que leen pocas personas y que esas pocas somos, en una inmensa mayoría, nosotrxs mismxs. Y pienso en eso que decía Caparrós sobre el periodismo caniche (periodismo french poodle): que es lindo, reporteado, notable y bien escrito, pero que no muerde a nadie.
Y el periodismo, nos han dicho, cuando es bueno, muerde.
Pero también hay noches donde el zumbido ansioso de la autocrítica se me desvanece.
Ocurrió este miércoles, cuando se celebró la edición 48 del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, el premio de periodismo colombiano más importante/relevante/renombrado del país. Me dan ganas de decir “honrabilísimo”. Durante la ceremonia estuve en el borde de mi asiento. Ocho medios de esta alianza fueron premiados y reconocidos por el jurado: Baudó AP, Actualidad Panamericana, Cerosetenta, ColombiaCheck (en alianza con CLIP), Cuestión Pública (en alianza con varios medios internacionales y con apoyo de La Liga), De la Urbe, Mutante, El Malpensante y Vorágine. Ganaron con trabajos maravillosos y diversos: podcasts, entrevista en video, especiales investigativos, crónicas, opinión. Ganaron con historias y trabajos que no deberían dejar de ver.
Y no solo eso: colegas a los que admiramos profundamente y con los que hemos trabajado (como El Armadillo y la No Ficción) también ganaron. Y cuando no podíamos más de la emoción, Laura Ardila —a quien La Liga pudo apoyar en la publicación de su libro La Costa Nostra— recibió el reconocimiento a periodista del año. Hubo un comentario general cuando se terminó la ceremonia y todxs corrimos a abrazarnos y a gorrear la felicidad que viene con un premio: que el periodismo independiente (o alternativo, o como sea que lo queramos llamar) se había impuesto en la ceremonia de premiación.
Y sí: fueron muchos premios para medios que no son tradicionales. Y no: muchos medios tradicionales (El Espectador, Semana, Caracol Noticias) recibieron premios que en definitiva merecían. Me gusta más la idea de la diversidad que la de la imposición de una forma de periodismo sobre el otro: me parece más celebrable la idea de que en la foto cabemxs todxs.
Y hablemos de celebración. Cuál cinismo. Cuál pregunta sobre los premios y el periodismo. La vida es mucho más fácil y feliz cuando se está del lado de la victoria. Hubo una palabra que trajo Yolanda Reyes, miembro del jurado, que hizo que mi cinismo pidiera Uber y se fuera a renegar solo a casa. Reyes habló del ritual, de lo que se repite año a año.
Porque una ceremonia es eso: ritual, una fiesta que se repite, una celebración que no es espontánea.
Y como es ritual, eso que es rutinario de golpe deviene sacro: dedicar horas de la vida a hacer llamadas, a viajar a terreno, a escarbar archivos, a pensar en cabeza propia, a escribir párrafos y escoger fotos y recortar. Como es ritual, el sacrificio de hacer periodismo —al que analogamos en gestión, en rutina— se vuelve el milagro de la carne. Porque hacer periodismo no siempre es fácil, y está bueno que, una vez al año, el boomerang regrese directo a nuestras manos sin herirnos.
Y como es ritual es comunitario. Y de golpe este gremio —al que le han enseñado la envidia de la primicia, la desconfianza por el colega, la derrota de haber salido después de otrx—, se entrega al trance de la dicha ajena y en ese instante todos somos iguales.
Y como es ritual es repetitivo, pero no constante. El una y otra vez de esta fiesta es también un medidor de los terremotos que transforman la geología del periodismo. Recuerdo las primeras ceremonias a las que fui en la que se premiaba a unas señoras y unos señores (y me cuesta salirme del binario para describirles) a las que llamábamos maestros y maestras. Personas que encarnaban la soledad del reportero que con libreta y grabadora en mano contaba el mundo. Pero ahora este ritual se llena de grupos gigantes de personas que vienen de lugares diversos. Chicxs con menos de 30 años de vida que acumulan ya más de un reconocimiento, colegas que con más de 30 años de experiencia reciben por primera vez un premio que debieron tener en casa desde hace décadas. Y la emoción de ambxs: una emoción nueva, cercana a la dicha infantil de quien recibe un regalo soñado en navidad.
Así que eso. Que hoy no me queda cinismo y que escribo esto desde la mejor de las felicidades: la de la acción colectiva de celebrar un ritual. La emoción de ver a personas que viven versiones de mi propia vida gozar el retorno amable de sus propias voces.
Y porque qué bien abrazarnos en medio de todo.
Y porque los rituales y su repetición nos hacen pensarnos desde lugares más cariñosos.
Y porque cualquier cosa que nos recuerde que sentirnos orgullosxs es también algo predecible, al menos, en las noches en las que celebramos todxs juntxs el ritual mismo de decirnos que algo venimos haciendo bien.
Alejandro Gómez Dugand, director de La Liga.
Lo que nos emocionó
Atención a todas las unidades,
llamado de emergencia del sistema 911,
alianza dichosa con aparente ataque cardiaco,
necesitamos asistencia de inmediato en el área…
De ataque cardíaco fueron las emociones que tuvimos esta semana. Nos sentimos orgullosos de los trabajos de medios y periodistas aliados de La Liga que obtuvieron su diploma y trofeo en esta edición de los Premios Simón Bolívar. Aquí les cuento un poquito de cada uno de ellos.
Padre, Tierra.
Categoría: Entrevista - Audio.
Cuando Canela Reyes decidió regalarle a su padre un podcast, nunca se imaginó que ese producto fuera ganador de un Simón Bolívar. Su padre, Alejandro Reyes, habla en este podcast de la tierra y su relación con la construcción de Colombia como país y sus problemas como sociedad.
Al principio se me aguó el ojito. Al final, también. Escuchen el podcast de Cerosetenta y entenderán por qué.
Punta Soldado: los desplazados del mar.
Categoría: Crónica - Video.
El “cuentico” de la emergencia climática parece irreal porque quienes vivimos en las ciudades no padecemos los problemas más notorios. Mientras tanto, en Punta Soldado, sus pobladores resisten ante el abandono estatal y han tenido que desplazarse al menos tres veces en los últimos 60 años.
¿Imaginaban algo así? Esta video crónica de Mutante cuenta la historia.
‘El portal de desinformación del uribismo que recibe dinero público en Medellín’ y ‘Con dinero público se libra la guerra de narrativas de desinformación en Medellín’
Categoría: Periodismo investigativo escrito.
Estos dos reportajes de Colombiacheck hacen parte de una serie investigativa que busca combatir la desinformación política en Latinoamérica. Junto a El CLIP, encontraron, en el primer reportaje, que existe un sitio web que publica desinformación a favor de la derecha en Colombia. En el segundo, que diferentes portales de desinformación han obtenido sumas millonarias por parte de Telemedellín desde 2020.
#ProyectoRafael
Reconocimiento del jurado en Periodismo investigativo.
Como dijo Claudia Báez, directora y cofundadora de Cuestión Pública, el periodismo investigativo no debe costarnos la vida. Este fue el desafortunado caso del periodista cordobés Rafael Moreno, asesinado el 16 de octubre de 2022 , a quien se reconoció por su trabajo periodístico en medio de la ceremonia gracias a que Cuestión Pública, junto a otros medios y con apoyo de La Liga, continuaron con las investigaciones que dejó Rafael en vida.
El feminismo me ayudó a ponerles nombre a las cosas que me indignaban: Ana Cristina González Vélez
Categoría: Entrevista - Video.
No se pueden perder esta entrevista realizada por Laila Abu Shihab, cofundadora y editora general de Vorágine, en la que habla con Ana Cristina González Vélez, médica y activista. Mientras la escuchaba pensaba en todas las mujeres que han estado detrás de los derechos que hoy tengo. Gracias a la labor de mujeres como Ana Cristina y movimientos como Causa Justa, las mujeres colombianas estamos más cerca de poder decidir sobre nuestros cuerpos.
Conoce aquí quién fue la primera persona que confío en ella y la impulsó a seguir su camino dentro del activismo feminista.
Sin Escape Podcast: inmersos en el delito
Categoría: Estímulos al periodismo universitario - Audio.
¿Crees en las segundas oportunidades? Juliana Builes sí. Ella es estudiante e integrante de De La Urbe y decidió que en su podcast le daría voz a personas que se vieron influenciadas por la violencia del país y no pudieron escapar de una vida delictiva.
En este link puedes escuchar las historias de los nuevos comienzos.
Dossier: el silencioso lenguaje de una herida
Categoría: Opinión - Texto.
Ver el comedor de tu casa y la silla vacía que antes ocupaba uno de tus seres queridos es una de las imágenes del duelo para miles de familias víctimas del conflicto armado en Colombia.
En este texto para El Malpensante, Patricia Nieto habla de cómo estas familias lidian con el dolor y se pregunta si existe la posibilidad de sanar lo vivido.
La vida nuestra, la plata de los demás
Categoría: Crónica - Texto.
Mientras grandes empresarios se lucran del negocio de la producción de energía en una bahía en Chile, quienes habitan la zona viven en condiciones que no representan las ganancias económicas. En lugar de verse beneficiados por las inversiones, se convirtieron en víctimas del desarrollo.
En este reportaje de Juan Miguel Álvarez, de Baudó AP, puedes leer los detalles.
BONUS TRACK: Laura Ardila
Categoría: Periodista del año.
Soy sincera, lo veía venir. Cuando intentaron censurar La Costa Nostra, nos aliamos con otras organizaciones para apoyar a Laura y hacer real la publicación de su libro que, como saben, estaba listo para impresión. Su éxito temprano y rotundo fue el que me dio indicios de que sería la ganadora del reconocimiento este año. Laura no solo es la periodista del año, sino quien logró que diferentes medios se pusieran de acuerdo para defender la libertad de expresión y rechazar la censura.
¿Ya lo leyeron?
Nicoll Fonseca, gestora de redes.
Posdata
Y como estamos de premios, no queremos despedirnos sin recomendarles los dos libros periodísticos ganadores de esta edición de los Simón Bolívar: La voz de los lápices de Ginna Morelo, ex coordinadora editorial de esta alianza, y La época: reportajes de una historia vetada de Stephen Ferry, Constanza Vieira y Tomás Mantilla. ¡Y también felicitaciones a ellxs!
Hasta la próxima semana.