08 | Violencia para exportar
"Tal vez el periodismo pueda hacer algo. No salvar a una sociedad en llamas, no aleccionar a su clase política. Pero sí hacer lo de siempre: poner las cosas en perspectiva"
En la Venezuela de los años ochenta, donde crecí como hijo de migrantes, se empezó a hablar de la “colombianización” de ese país cuando surgió el sicariato vinculado con el narcotráfico. En años más recientes México ha mostrado síntomas parecidos, con la cocaína como germen inicial. Ahora el vecino del sur, un pequeño país que había permanecido ajeno a la violencia estructural, revela su contagio con el primer asesinato de un aspirante a la presidencia: arde Ecuador.
La muerte de Fernando Villavicencio, un sindicalista que llegó a la política tras denunciar a los corruptos a través del periodismo de investigación, contiene taras que conocemos en Colombia: la criminalización del disenso, la persecución oficial, el exilio y la censura a través de las balas. Lo dramático en nuestro caso es que la experiencia no evita la continuidad de los errores: seguimos fabricando violencia y la exportamos de manera eficiente.
Tras el homicidio de Villavicencio, varios colombianos fueron detenidos por su autoría material. Hoy Ecuador, encajonado entre Colombia y Perú, los grandes productores, es el país con la mayor proporción de cocaína por habitante, sus cárceles son centrales delictivas y los carteles internacionales usan el territorio como un centro logístico. Acá sabemos hacia dónde se dirige esa nación a la deriva. La pregunta es cómo evitar ese fatídico destino común.
Tal vez el periodismo pueda hacer algo. No salvar a una sociedad en llamas; no aleccionar a su clase política, ni consolar a su ciudadanía temerosa. Pero sí hacer lo de siempre: poner las cosas en perspectiva, aportar contexto, revelar las causas de la violencia y establecer responsabilidades cuando el poder y las instituciones se vuelven socios del delito. La violencia también ha alcanzado al periodismo. Este año cinco periodistas ecuatorianos se vieron obligados a dejar el país por cuestiones de seguridad, según la organización Periodistas Sin Cadenas.
El terror que vive Ecuador es para nosotros otra herencia familiar. Ahora millones de personas viven allá con la zozobra del estallido probable, y algo de culpa siento por ser colombiano, como la sentí en Venezuela hace más de treinta años. Como individuos no hemos sido perpetradores de este pánico trasnacional, pero como ciudadanos de un país que exporta los peores métodos; como parte de este sistema, creo que tenemos alguna porción de responsabilidad.
Pero tenemos opciones: en el pasado La Liga trabajó con periodistas ecuatorianos para contar el asesinato de tres colegas. Este puede ser un buen momento para renovar esas alianzas. ¿Cuánta participación tiene el crimen organizado de Colombia en la muerte de Fernando Villavicencio? ¿Cómo siguen funcionando las mafias de este triángulo regional que incluye también a México? Conocemos el devenir de esta historia y hemos contado el proceder de los carteles. Ahora, creo, lo pertinente y lo oportuno es sumar fuerzas para descifrar las causas de la violencia al otro lado de nuestra frontera. Antes de que se vuelva allá, como acá, una enfermedad crónica.
Sinar Alvarado, coordinador editorial.
Tres periodistas, tres preguntas incómodas: nuestro evento con 070 en tres frases de lxs invitadxs
El viernes en la noche participamos en Ritmos de la intuición, la exposición (no exposición) de 070, en la Universidad de los Andes. Súper recomendada. ¡Vayan! En este espacio armamos un parche charladito, divertido y autocrítico que condujo Alejandro Gómez Dugand, director de La Liga, y al que invitamos a Dora Montero, integrante de Consejo de Redacción y editora de Mongabay Latam; Elizabeth Otálvaro, gestora de conversación de Mutante y Alejandro Pino Calad, director editorial de Publimetro Colombia. Todos son integrantes de La Liga.
Para los que se lo perdieron, traquilxs: lo grabamos y haremos podcast. Por ahora acá les comparto las tres preguntas antipáticas que les hicimos y apenas tres frases de cada unx.
¿Ha servido para algo el periodismo independiente en Colombia?
Ante la crisis de credibilidad de los medios –en general, y voy a tratar de no hacer esa distinción– los medios alternativos o independientes han jugado un papel importante para repensar la relación entre las audiencias, los periodistas y los medios. (...) Y a pesar de que es una tarea a medias, que no se ha terminado de hacer, sí creo que el periodismo independiente ha venido no solamente a cambiar las agendas sino las prácticas internas con formas de existir menos tóxicas. Elizabeth.
¿Al periodismo independiente le quedó grande cubrir el progresismo?
Yo creo que sí nos quedó grande, pero yo creo que nos quedó grande por no aprender lecciones. Por soberbios, porque ya lo habíamos hecho muy mal en el cubrimiento de la implementación del proceso de paz. (...) Porque hicimos mucho activismo –y ahí sí puedo hablar en tercera persona– porque hicieron mucho activismo. Somos periodistas, no activistas. O bueno, hay ciertos tipos de activismo, como el activismo por la libertad de expresión, pero para hacerle campaña política a un fulano, no. Dora.
¿Estamos haciendo periodismo para periodistas?
Yo creo que sí. Los medios independientes hacen unos trabajos preciosos, buenísimos, que a mí me emocionan. Algunos tienen la repercusión social y política que esperamos (...) pero hay muchas cosas muy buenas, maravillosas, notables que se quedan ahí (...) Siento que estamos haciendo cosas muy bonitas y hacemos cosas muy útiles, el problema es que no están teniendo la repercusión que necesitamos que tengan (...) ¿Quiénes son los que más consumen medios independientes? Los periodistas. Alejandro.
Qué saludable e interesante es escucharnos y compartir visiones del periodismo así de diversas, cuestionadoras con unas cosas y optimistas con otras.
Jeanneth Valdivieso Mancero, editora y periodista.
Cuestión Pública presenta…
En modo interactivo y gamer, Cuestión Pública lanzó hace poco su investigación #CorrupciónYCastigo, la serie que detalla los grandes casos de corrupción en Colombia y le pone rostro a los responsables de los mayores escándalos del país. ¿Qué es y cómo ‘jugar’? En este video nos cuentan y nos antojan:
Fe de erratas
En la edad media culpaban a Titivillus, un demonio al servicio de Lucifer que colaba errores en los textos de los escribanos. En el siglo xx, al Titivillus lo reemplazó el pasante anónimo al que siempre se lo culpó de todos los errores que salían en los medios. En la revista en la que trabajaba antes, cuando en un título se iba algún error, cuando un sumario tenía algún disparate disléxico, decíamos: “se fue una alejandrada”. Incluso se lo llegó a graduar de verbo: yo alejandreo, tú alejandreas… y así. Pues la semana pasada alejandreé duro con el envío de este boletín. No sé qué hice, no sé qué pasó, pero —seguro se dieron cuenta algunxs— lo mandé con el título de la semana anterior. Sufrí, pedí disculpas al equipo y Nicoll (nuestra editora de audiencias) salió muy rápido a defenderme. Y no faltaba más, su defensa venía cargada de empatía porque la semana anterior ella también alejandreó y mandó dos veces el Boletín. Así: tres veces les llegó a sus correos un boletín con el mismo título en las últimas dos semanas.
Vamos ya ocho entregas de este Boletín. La novena es la vencida, espero.
Ajelandro Gómez Dugand, director y disléxico